Durante una carrera, las paradas en boxes son uno de los elementos más decisivos a la hora de decidir el resultado final de la misma, y los equipos trabajan mucho para encontrar la forma de tener el coche parado el menor tiempo posible. Y justamente para eso se inventó el sistema “airjack”.
Si la parada implica cambio de neumáticos, el coche debe levantarse del suelo para poder trabajar. Si hablamos de carreras de monoplazas, lo habitual es ver a dos mecánicos encargados de levantar el coche empleando un gato. Con los gatos es fácil levantar este tipo de modelos ligeros, pero en las categorías de turismos y GT, en las que los coches pasan holgadamente de la tonelada, la situación se complica.
Sus pesadas carrocerías, que a priori les lastran en ese aspecto, también son sus mayores aliadas a la hora de albergar el sistema que se encarga de despegar el coche del asfalto. Si analizamos una de estas paradas vemos que, al detenerse el coche, un mecánico conecta un cable al coche y este se levanta del suelo sin apenas esfuerzo. Mientras, el resto ya está trabajando en las ruedas o en el repostaje.
Detrás de todo esto se encuentra un sencillo sistema de aire comprimido conocido como «airjack»: al detenerse el coche, un mecánico conecta una manguera al coche. La presión del aire que entra por la manguera hace salir unos resortes del fondo del coche que lo levantan unos centímetros del suelo. De forma que queda suspendido y los mecánicos pueden trabajar sin tener que preocuparse de la enorme masa del vehículo. Ya sea durante la carrera o dentro del garaje, si mantenemos conectado el sistema.
Una vez terminado el trabajo, el mecánico desconecta la manguera del coche y la presión del aire vuelve a la normalidad. Los resortes vuelven a su posición original y el coche baja hasta volver a apoyar el peso sobre las ruedas. El coche está listo para rodar otra vez y la acción se vuelve a trasladar a la pista. Este simple sistema, demasiado pesado para un monoplaza, supone una gran ventaja a la hora de trabajar en todo tipo de categorías de turismos, GT y prototipos. Un pequeño ingenio que se encarga de una gran tarea.
Foto de portada: © Sergi Merino Navarro