El mundial de Fórmula 1 sigue sumando Grandes Premios a su cuenta de la temporada. Recorriendo Europa en este período estival, el Gran Circo se prepara para su habitual parón en agosto; pero, antes ha celebrado el Gran Premio de Francia, en el que Max Verstappen ha vuelto a dar otro puñetazo encima de la mesa en su camino hacia su posible segunda corona, antes de que la fiesta del motor se traslade a Hungaroring.
El neerlandés tuvo que pelear con uñas y dientes en el inicio de la carrera contra un Charles Leclerc que está poniendo todo lo que tiene dentro de sí mismo para arrebatarle el trofeo de campeón. El monegasco lideró la carrera delante del público francés, hasta que un error de pilotaje, acompañado de un fallo mecánico en el actuador del acelerador, dejó al Ferrari empotrado contras las barreras en una de las escapatorias de Paul Ricard.
La rabia y la frustración fueron enormes, máxime cuando tenía al alcance una más que probable victoria en Paul Ricard. Sin embargo, la carrera dura hasta que cae la bandera a cuadros y es en todo ese transcurso de vueltas donde Ferrari tampoco estuvo acertado con Carlos Sainz, quien se cargó sobre sus hombros el peso de salvar los muebles del equipo italiano. La estrategia fue buena, pero no así su ejecución, perdiendo posiciones y valiosos puntos que pueden ser clave a final de año.
Mientras Ferrari continúa encadenando errores en el muro, con decisiones estratégicas cuestionables y que cuestan de sostener, Red Bull sigue en una tónica ascendente en el que nada se sale de los márgenes que permite la incertidumbre en una carrera. Verstappen, con un pilotaje excelso, se está ganando a pulso su segundo entorchado. Aunque, siempre quedará la duda de si con una Ferrari que acierta en la estrategia y un Leclerc peleando de tú a tú en cada carrera le saldrían tan baratas las victorias.
En todo este barullo, es Mercedes quien sacó tajada en Paul Ricard. Aprovechando la situación de carrera, lograron colocar sus dos coches en el podio, a base de ritmo y de acertar con la estrategia. El regreso de Lewis Hamilton a la parte delantera es algo que aumenta el estrés en los contendientes al título, lo que sumando a George Russell a la ecuación se puede convertir en una auténtica pesadilla. Los de plata son, a día de hoy, los primeros colocados para ganar si fallan Red Bull y Ferrari, sus verdugos y también sus jueces en la pelea por el título.
Red Bull y Ferrari no solo tienen que temerse, también deben estar al tanto de Mercedes. Cualquier error y saben que los de Toto Wolff les pueden comer la tostada. Lo han hecho durante toda la temporada y en Francia todavía fue más descarado. La realidad es que Mercedes está ahí una vez más y que todavía queda mucha temporada como para descartarlos. Ellos pueden decantar la balanza hacia un lado o hacia el otro. De Milton Keynes y de Maranello depende evitarlo… Del papel que haga también Sergio Pérez, lejos de la victoria pero el mejor segundo piloto que podía tener Red Bull.
Quien no parece tener nada que ver con todo ello es el propio Max Verstappen. Hayan problemas en su garaje o en el de al lado, lo cierto es que el neerlandés vuela con aleteo firme hacia su segundo título. Se podría decir que depende única y exclusivamente de él, pero ya sabemos que en esto de las carreras todo puede cambiar en cuestión de segundos. Y bien lo sabe Verstappen, que no podrá en lo que queda de año bajar la guardia.
Foto de portada: Mark Thompson/Getty Images // Getty Images / Red Bull Content Pool.