Tras la frenética carrera en el circuito de Silverstone, era el momento de pasar por Austria. Tierra de Red Bull. La Fórmula 1 llegó al Red Bull Ring con el formato de fin de semana diferente, pues era uno de los fines de semana elegidos para llevar a cabo la polémica carrera al sprint del sábado. Todo eso implicaba que los horarios variaban, y con la “Sprint Race” al acecho, los equipos enseguida se vieron envueltos en la tanda de calificación del viernes.
Todo apuntaba a lo mismo: Red Bull tenía una velocidad infernal, y los Ferrari iban a hacer lo posible por evitarlo. Aunque los de rojo parecían estar un poco por detrás. Y así fue. En la sesión de calificación para la carrera del sábado, Max Verstappen se hizo con una peleadísima “pole position” por encima de ambos Ferrari. Tras él, Leclerc y Sainz listos para atacar. Y Checo Pérez recibía una polémica sanción por los límites de pista y se quedaba con la treceava posición de salida. En Mercedes, tragedia. Ambos pilotos tuvieron un accidente y se quedaron sin poder acabar la sesión.
Otra sesión de libres para dejarlo todo atado el sábado por la mañana, y a la carrera corta del fin de semana. Las alarmas saltaban en la parrilla de salida cuando Fernando Alonso se quedaba con las mantas de los neumáticos puestas y se perdía la salida a la vuelta de formación. Pocos minutos después debía retirarse por problemas en su coche. Zhou, recuperado de su accidente en Silverstone, también tenía problemas antes de la salida. Aunque pudo solucionarlos y seguir con la carrera.
Y esta empezaba con una gran salida de Verstappen, que dejaba atrás a ambos Ferrari e imponía un ritmo aplastante. Tan solo algo de lucha al principio con Carlos Sainz, que llegó a amenazar la posición de Max, pero el Red Bull se mostró superior en todo momento y el holandés tan solo tuvo que mantener a raya los tiempos para hacerse con la victoria y con la primera posición de salida del domingo, ante unas gradas repletas de fans vestidos de naranja.
Algunas batallas detrás. Remontada de Pérez, los Mercedes recuperados de los golpes y unos Haas que sorprendieron a todo el mundo con un fuerte ritmo, que les llevaba a salir desde la parte delantera de la parrilla. Todo esto sazonado con una generosa ración de mensajes de dirección de carrera advirtiendo a los pilotos sobre los límites de pista, y alguna que otra penalización de cinco segundos.
Con la parrilla ya ordenada, llegaba el gran día. Las gradas llenas, bengalas que teñían el ambiente de naranja y un circuito volcado, quizás demasiado, con Max Verstappen. Los pilotos en los coches, parrilla lista y semáforo en verde. Max Verstappen salió muy fuerte y pronto quiso escapar de ambos Ferrari, que arrastraban cierta rivalidad entre ellos después de la carrera de Silverstone. Checo Pérez recibía un toque por parte de George Russell y se iba a la grava en la curva cuatro. Y su remontada debía volver a empezar.
Por detrás, Fernando Alonso partía último y ya desde las primeras vueltas mostró de lo que era capaz su Alpine. Dientes apretados y a mirar hacia adelante: muchos coches por adelantar y una estrategia arriesgada. La degradación atacó a Max Verstappen, que veía sus neumáticos caer y tuvo que parar demasiado pronto. Leclerc, mientras, a su ritmo. Los Ferrari se ciñeron al plan y evitaron responder a las paradas de Red Bull, pudiendo alargar así sus ruedas. Lo que les dejó en una posición aventajada, en cuanto la estrategia, más adelante.
Todo iba bien para los de Maranello, y con la estrategia de neumáticos a su favor, Charles Leclerc respondía a base de velocidad a cada jugada del muro de Red Bull. Hasta tres veces llegó a adelantar en la pista a Max Verstappen. Pronto, el ritmo del holandés se vio cada vez más comprometido. Y Carlos Sainz se lanzó a por su presa desde la tercera posición. Pero cuando el madrileño estaba justo encima del de Red Bull, su motor dijo basta.
Manos a la cabeza en el garaje de Ferrari. Una de las explosiones que se vieron en la parte trasera del coche llegó a levantar la tapa del motor. Carlos se tuvo que ir a la escapatoria y escapar del coche en llamas ante una actuación desastrosa de los oficiales de pista, que llegaron tarde y mal a socorrer al piloto. El coche se incendió en segundos y Carlos tuvo que saltar del coche sin siquiera poder frenarlo del todo.
Tras el abandono de Carlos Sainz, Leclerc debía amarrar la victoria para minimizar daños en Italia. Foto: Media Scuderia Ferrari.
Fernando, que se encontraba a mitad de una gran remontada pasó por el box a cambiar neumáticos. Pero un fallo en una pieza le hizo tener que volver a visitar el garaje a la siguiente vuelta, lo que le hizo caer en la tabla hasta fuera de los puntos. Mientras, los Haas peleaban con los Mercedes, con un Mick Schumacher especialmente acertado, que consiguió su mejor posición en un gran premio con un merecido sexto lugar.
Llegaba la parte final de carrera y Charles Leclerc hizo saltar los corazones de sus compañeros de Maranello al reportar problemas con el acelerador por la radio. A todo esto, Max Verstappen olía sangre. Y apretó el ritmo, a la caza del monegasco. Charles tuvo que lidiar con un acelerador que se quedaba medio pulsado incluso al levantar el pie, y que le hacía sufrir en las frenadas y las reducciones de marcha. Y Verstappen se acercaba.
Pero no lo suficientemente rápido. La bandera de cuadros cayó al paso de Leclerc, que conseguía otra victoria. Verstappen a escasos segundos, y Lewis Hamilton, otra vez sin hacer mucho ruido, llevaba de nuevo al Mercedes al podio. Una gran actuación de las flechas de plata a pesar de los problemas de su monoplaza. Y en los últimos compases, Fernando Alonso se hacía con la última posición de puntos. Otra muestra de lo rápido que iba el Alpine este fin de semana.
Pero en Ferrari, la sensación era algo agridulce. Por una parte uno de sus pilotos descorchaba el champán en lo más alto del podio del Red Bull Ring. Por otra, el problema en el coche de Sainz le privaba de un potencial doblete y de un buen recorte de puntos a Red Bull en el campeonato. Y en casa de los de la bebida energética. Cara y cruz para los chicos del «Cavallino Rampante».
Foto de portada: Media Scuderia Ferrari