El Gran Premio de Hungría fue un capítulo más del camino hacia el título que está realizando Max Verstappen. Con una Ferrari que sigue acumulando errores estratégicos en cada prueba, la carrera en el trazado de Hungaroring volvió a ser otro quebradero de cabeza para Charles Leclerc y Carlos Sainz. Además, como se lleva viendo desde hace algunas citas, Mercedes está llegando al par de equipos que mantienen la cabeza del mundial.
La casa alemana fue una amenaza seria en tierras húngaras, con George Russell firmando su primera Pole Position. Arrancando con solidez, sostuvo el liderato ante el ataque de Carlos Sainz y consiguió escaparse al frente, poniendo una cómoda distancia que le permitiera alargar la vida útil de sus neumáticos blandos. Por detrás, los dos Red Bull fueron escalando puestos, colocándose en disposición de pelear en la distancia contra Ferrari si no revertían su inicial ventaja estratégica.
Los neumáticos, claves una vez más, fueron el punto débil de la estructura de Maranello. Más pendientes de adelantar a Russell y liderar la carrera ante una más que posible victoria de Charles Leclerc, inspirado con un adelantamiento soberbio al Mercedes, se olvidaron de lo que ocurría unos puestos detrás. Max Verstappen no tuvo miramientos en sobrepasar a Lewis Hamilton y se encaminó hacia las posiciones de podio.
Con la estrategia a pie cambiado, error mediante con la puesta de neumáticos duros en el coche de Leclerc, en Ferrari tenían la carrera perdida, salvo milagro de última hora en forma de lluvia que no se materializó. Estuvieron tan pendientes de lo que tenían delante de sus ojos que no vieron nada más, ni más allá ni por el retrovisor. Un torbellino azul que se acercaba rápidamente y que era ya una amenaza. Un piloto que arrancó décimo y que por ritmo -y errores del principal rival por el campeonato- se colocó en cabeza de carrera.
Max Verstappen ganó el Gran Premio de Hungría, a pesar de un error de pilotaje que casi le dejó fuera de combate. Sin miramientos y con un aplomo digno de un Campeón del Mundo de Fórmula 1, dominó a la competencia y sumó más puntos para anclarse con firmeza al frente de la general. Para Ferrari y, concretamente, para los intereses de Charles Leclerc todo esto podría hacer sido casi una anécdota si no fuera porque Mercedes se quedó con los puestos restantes del podio.
Ferrari no perdió porque los demás lo hicieran mejor, sino porque ellos lo hicieron peor. Ni una sola de las decisiones estratégicas que se tomaron fue acertada. Es como si salieran a la carrera con unas pautas preestablecidas que son inquebrantables. Este planteamiento es correcto para el guión de una película, pero no para una carrera de coches. El escenario es cambiante y es necesario adaptarse a la nueva realidad que se dibuja vuelta tras vuelta. Eso lo saben bien en Red Bull y también en Mercedes, de ahí los resultados cosechados por ambos equipos.
La remontada de Max Verstappen fue de libro, de manual. Aprovechó todas las bazas disponibles y se encargó de que los demás no tuvieran alternativa mayor que caer bajo su yugo. Pero, a su vez, Lewis Hamilton y George Russell hicieron lo mismo con una mecánica que hoy por hoy es inferior a la desarrollada en Milton Keynes. Mercedes confirmó su crecimiento y si Ferrari no se pone las pilas lo van a tener muy crudo de aquí a final de temporada.
Un parón veraniego para recapacitar y mejorar
Tenemos por delante unas semanas de parón, de descanso vacacional, en el que poder pensar y mejorar de cara a las segunda mitad del curso. Sin embargo, el fichaje de Fernando Alonso por Aston Martin parece que ha cambiado el aire de tranquilidad que se avecinaba. La retirada de Sebastian Vettel parece haber abierto la veda de los anuncios y se esperan varios más que puedan retorcer la parrilla.
Para este año no tanto, pero para 2023 va a ser muy importante como queda configurada, especialmente por lo que respecta a los tres equipos de arriba. Ferrari es la que más deberes tiene, tanto para este año como para el que viene, porque entre bambalinas se producen también cambios e intercambios de personal que pueden cambiar las tornas rápidamente. No son unas vacaciones, para el conjunto de Maranello es la oportunidad perfecta para estudiar y enmendar los errores.
Foto de portada: Francois Nel/Getty Images // Getty Images / Red Bull Content Pool.