Domingo de carreras en Montmeló. El Fanatec GT World Challenge ha tomado la colina que acoge el circuito y esta se ha convertido en un hervidero de aficionados a las carreras. Hace buen día y el pádoc luce increíble bajo el sol. Gente de todas las edades se han acercado a disfrutar de las carreras y de la posibilidad de estar cerca de los pilotos, que caminan entre ellos. De entre esa gente, vemos que se acerca al stand de AFB Motorsport una chica alta, rubia y con el mono abierto atado a la cintura. Es Sarah Bovy, una «Iron Dame», uno de los equipos más competitivos de la parrilla formado tan solo por mujeres.
Sarah ha estado tras el volante en el GT World Challenge, en el Campeonato del Mundo de Resistencia y en las W Series entre otros, y siempre ha sido un hueso duro de roer. No es la primera vez que la piloto belga confía en AFB, y es habitual que se pase aunque sea a saludar y a charlar un rato. Y siempre es un placer compartir un rato con alguien que se ha lanzado a dominar los circuitos más importantes del mundo. Así que accede rápidamente a responder unas preguntas rápidas. Siempre con una sonrisa radiante en su rostro.
AFB Motorsport (AM) – Sarah, ¿Qué tal temporada? ¿Cómo ha ido en general?
Sarah Bovy (SB) – Pues aquí en el GT World Challenge bastante bien, la verdad. Estamos luchando por el título en nuestra categoría este fin de semana. Así que algo de nervios, pero esa presión es buena, digamos.
(AM) – Te has subido a monoplazas, prototipos y sobretodo GT. Eres de esas pilotos que pueden conducir rápido cualquier cosa.
(SB) – Bueno, he tenido la suerte de probar bastantes cosas. Es verdad que no he tenido mucha experiencia en algunas de esas categorías, en monoplazas hice cuatro carreras y en LMP3 tan solo una, pero sí. Me gusta probar cosas nuevas y ponerme este tipo de nuevos retos. Y he tenido la suerte de poder hacerlo. Pero los GT es donde realmente tengo más experiencia, y me gustan mucho.
(AM) – Están creciendo mucho como disciplina ¿verdad?
(SB) – Sí, ya sabes. Los campeonatos de GT siempre son competitivos. Siempre hay marcas involucradas, así que el nivel de los pilotos es muy alto. Y está genial para pilotos de mi edad y experiencia tener la oportunidad de seguir aprendiendo de estos pilotos de tan alto nivel. Así que estoy muy agradecida de tener la oportunidad de seguir haciéndolo.
(AM) – Llevas un casco Arai, ¿qué te hizo escoger esta marca?
(SB) – Sí, la llevo desde siempre. Básicamente cuando empecé a competir, el primer año en Bélgica, tuve la suerte de entrar en contacto con la gente de Arai en Japón y me mandaron algunos cascos para probar. Me gustaron mucho, así que me quedé con ellos y estoy muy contenta con ellos. No digo que algún día no cambie, porque compitiendo en un equipo italiano, hay marcas… más italianas. (se ríe) Pero siempre he usado Arai y estoy muy contenta con ellos. Curiosamente, no he cambiado nunca el diseño de mi casco desde que empecé, he usado siempre el mismo dibujo desde que comencé con quince años. O sea, algunas veces he cambiado algún detalle, pero básicamente siempre ha sido el mismo diseño. Y estoy muy orgullosa de ello, porque ese casco es mi identidad en la pista, o sea, esa soy yo.
(AM) – Eso no se ve mucho actualmente, porque los pilotos tienden a cambiar a menudo sus diseños.
(SB) – Si, lo sé. Ya no pasa mucho actualmente. Pero soy un poco de la vieja escuela: escucho música de los ochenta, me gustan las películas antiguas… Así que me gusta hacer lo que los pilotos de la época hacían. Y en ese tiempo no se cambiaba el diseño del casco todo el rato, por lo que me gusta mantenerlo. Soy Así… (se vuelve a reír)
Sarah mira el reloj, le toca subir al coche en pocos minutos. Aún así, se entretiene un rato a ver los mini cascos expuestos. Intercambiamos algunas anécdotas más, pero una de sus compañeras de equipo la apremia para volver al trabajo. Le damos las gracias por su tiempo y nos despedimos deseandole suerte, aunque es más que probable que vuelva a visitarnos antes de que acabe el fin de semana. Se marcha andando tranquilamente, enmedio de la gente, hacia el box de su equipo, mientras en el garaje del equipo de las Iron Dames se oye el rugido inconfundible de un V8 Ferrari.